Era de esperar…

Nos ha dejado. Ayer era el día de incorporarse a trabajar, estuvimos todo el día esperando pero no apareció. Me lo imaginaba porque suele pasar. A veces desaparecen durante el año pero el verano suele ser un momento crítico, en muchas ocasiones no vuelven.

Y no es de extrañar, la verdad. En una casa como la nuestra, con tantos niños, con tanto trabajo, es duro ejercer esa labor. No le culpo.

Así que nada, otra vez  tendré que ir a comprar más calcetines, porque los que me llevé en la maleta, como siempre no han vuelto. Y pensaba que podían haberse cogido vacaciones pero ayer no volvió ninguno.

Jopelas, reflexionen ustedes: ¿cuántos pares de calcetines se llevaron? ¿cuántos han vuelto? ¿cuántos de ellos desparejados?

Yo no me lo explico, oigan. ¿A dónde van a parar? No lo entiendo!!!!! Todos los años me pasa, me llevo 20 pares y vuelvo con 2. Qué pasa, ¿que aprovechando un descuido en el metesaca de lavadoras cogen la puerta y se van?. Me imagino la situación:

– Calcetín: Mi pareja ya no está, mi otro yo, no soy nadie sin él…

– Calzoncillo: Te entiendo…  yo es que prefiero vivir solo pero te entiendo. Palu está a tus seis, pero en cuanto se despiste yo te cubro, me caigo al suelo y mientras ella me recoge sales pitando.

Así debe ocurrir porque si no díganme dónde están todos los que se van extraviando. Y jolines, me hago una pregunta: ¿cómo es posible que te cuesten más los calcetines que el uniforme entero?. Señor ministro, déjese de becas para libros y comedores, y denos ¡¡BECAS PARA CALCETINES!! ¡Que tengo que pedir un crédito para comprarlos! En septiembre abres el cajón y están ahí, gorditos, lozanos… ya por diciembre el número se ha reducido a la mitad y el color es transparentoso…  y en mayo si tu chaval se descalza en público, bajas la cabeza y le dices bajito: Ssssshhh, niño, niño!! mete el pie pa dentro del zapato que se te ven los tomates, la remolacha y la ensalada entera!!

Inventores y pensadores del mundo: ¿cómo es posible que tengamos drones que te llevan el pan a domicilio, que los coches ya se carguen con un enchufe de móvil y que puedas tomarte las uvas desde Taiwan con tus padres que están en Coruña Y NO SEAN CAPACES DE INVENTARSE UN ALGO QUE NO SEPARE UN CALCETÍN DE SU PAREJA? COIMES!!!!!

En fin, estoy segura de que todos estáis visualizando la caja en la que guardáis sin sentido, reconozcámoslo, los desparejados, aferrándoos a un pequeño atisbo de esperanza. ¡¡Que no va a aparecer!! ¡¡¡Que transcurridos los seis meses ya dejan de buscarlo los de “quién sabe dónde está mi calcetín”!!! Pero la esperanza es lo último que se pierde, yo lo entiendo…

Bueno, oye, que las katiuskas estamos de vuelta, sin calcetines pero de vuelta. Y que me sentía incapaz de escribir de la vuelta al cole. 🙂

¡¡¡¡¡¡HOLAAAAA!!!!!